lunes, 26 de julio de 2010

Día 26: Odaiba

El plan del día: visita a Kawagoe. Sin embargo, la estamina empieza a fallar en este tramo final, personalmente no se como lo hago pero llevo mucho cansancio acumulado y la pereza nos hizo cambiar de idea: plan del día ir a Odaiba.


Odaiba es una isla artificial en la bahía de Tokio que fue construida sobre el 1850 para defender la costa de posibles enemigos, aunque actualmente es un enorme centro de entretenimiento, comercios y sedes de compañías. Se une a Tokio por una serie de puentes y vías de entre los que destaca el Rainbow Bridge, un puente colgante que se puede apreciar desde varias fotos.

Fuimos en metro desde Nakameguro a Shimbashi, para coger el monorail Yurikamome. El Yurikamome recorre prácticamente toda la isla, pero decidimos bajarnos en la parada de Daiba (310 yen), al oeste, desde donde se pueden disfrutar las mejores vistas del puente Rainbow. El camino en monorail ya es como una atracción en sí misma, parte del camino se recorre entre los edificios y se hace muy espectacular, sobretodo cuando empieza a verse la bahía de Tokio y atraviesa el puente.



Al llegar, nos topamos con el Aqua City, un enorme centro comercial en el que ni entramos. Junto a él, un tipo haciendo malabares con unas bolas de cristal y la impresionante vista del puente, acompañada de la estatua de la libertad falsa de Odaiba.



Toda la zona de centros comerciales está elevada en el terreno. Bajando por unas escaleras o por pasarelas, se llega a la zona al nivel del mar, que está diseñada a modo de parque con abundante vegetación, bancos, etc. Me sorprendió ver que el agua llega a toda esa zona, es decir, no hay ningún tipo de barrera o separación, por lo que cualquiera que quiera atreverse a quebrantar las normas puede darse un chapuzón en las aguas de la bahía. De hecho, hay zonas de ese parque que son directamente playas artificiales, pero de eso ya hablaré más adelante. También me sorprendió la cantidad de plantas que hay tanto en esa zona como en las pequeñas islas que están junto al puente, con multitud de insectos, lagartijas, telarañas y demás criaturitas.


Al lado opuesto, hacia el centro de la isla y junto al Aqua City, el clásico edificio de Fuji TV.


Tras pasear un rato por la zona junto al agua, nos fuimos camino a Palette Town, un conjunto de centros comerciales que engloban un área bastante grande, con todo tipo de tiendas. Allí hay un edificio con prototipos de coches y un museo histórico de automóviles, ambos de Toyota. Por el camino pudimos ver el Teleport Bridge, que me recordó al puente del Alamillo, y la noria que hay junto a la zona que queríamos ir.

De camino al Palette Town

Nada más llegar, fuimos al edificio donde estaban los distintos prototipos y coches de muestra de Toyota. Pudimos ver de todo: desde vehículos para una sola persona con forma de sillón, otros de dos ruedas para desplazarte dejándote caer (de esos ya se ven muchos en todos sitios) e incluso un sistema de locomoción bípedo al más puro estilo Mecha (aunque su propósito no es destruir, sino poder subir y bajar escalores, de ahí la ausencia de armamento pesado).


También estuvimos bicheando algunos modelos por dentro y llegamos a la conclusión de que los japoneses no saben usar marchas, pues todos los coches son automáticos. Una parte muy interesante fue la de varios coches con asientos que se desplazaban para dejarte fuera prácticamente, un sistema bastante curioso para personas de movilidad reducida.


Desde allí, volvimos al edificio principal de Toyota, donde había bastantes coches en exposición y algunos entretenimientos para los visitantes entre los que destacaban unas cabinas móviles conectadas a un  videojuego de carreras, pero tenían  bastante cola. 


Al otro lado de Palette Town, buscando el museo histórico de Toyota, nos topamos con PetTown (ésta zona hubiera encantado en mi casa). Una sucesión de tiendas de todo tipo con productos orientados únicamente a las mascotas.


Desde ropa de marca, hasta camas, pasando por correas enjoyadas y de gusto bastante extraño. Había varios perros por allí yendo de compras con sus dueñas y pudimos ver hasta una fuente pública para cuando entra sed.


El museo no estaba nada lejos, así que lo encontramos con rapidez. La verdad es que aquello de museo de toyota tenía poco, más bien parecía un museo histórico del automovil pero de todas las marcas. Pudimos ver desde coches de competición de F1 a distintos modelos de Le Mans. En la planta de arriba, coches aún más antiguos... japoneses, italianos, americanos y hasta un Delorean de Regreso al Futuro.

Tres clasicazos de Le Mans


Y ya con la noche echándose encima, decidimos volver a atravesar la isla pasando ésta vez por el Teleport Bridge que vimos antes. 


Al otro lado tras avanzar un poco, entramos en el parque Odaiba Kaihin, que es una continuación de la zona que visitamos al principio pero con una peculiaridad: tiene una playa artificial. De todas formas no está diseñada especialmente para bañarse, más bien para jugar con alguna pelota o sentarse a disfrutar de las vistas. Vimos a bastante gente allí disfrutando del lugar: haciéndose fotos raras, jugando a un "quenocaiga" o sentados en las mesas de un chiringuito japonés...todo un gustazo (aunque no tanto cuando empezó a llover).


De noche, con el puente, los edificios y los barcos iluminados, la bahía de Tokio pasa a ser un espectáculo de luces, siendo Odaiba posiblemente el lugar desde donde mejor se disfruta de la imagen... sobretodo con una tormenta como la de hoy (aunque capturar un relámpago se hace complicado).

Llovía un poco, pero decidimos recorrer toda  la playa artificial de vuelta a la estación junto a la estatua de la libertad, justo donde nos habíamos bajado al principio. Un último vistazo y vuelta al hotel.


En el monorail de vuelta y pese a que la lluvia dificultaba la visibilidad, también pudimos ver detalles que nos habíamos perdido en la ida. El más importante de ellos es que se puede ver perfectamente la Torre de Tokio, pero como aparece de cara a la vuelta, no la pudimos ver en la ida porque nos aparecía por la espalda (simple sentido común). Desgraciadamente ya no había batería en la cámara y no pudimos sacarla.

La visita a Odaiba ha estado bastante bien, hemos curioseado bastante y especialmente me ha gustado mucho toda la zona de la playa artificial. Una interesante visita en Tokio.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Cada ver que he leido Palette Town no podia evitar pensar en Ash y pikachu por ahi xDDDD

Aozora dijo...

A mi el edificio de Fuji TV me encanta porque salía en Digimon XDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

María Mercedes dijo...

Me encanta PetTown!!!!

Ernesto dijo...

por un momento pensé en llevarle alguna horterada al pequeño demonio blanco, pero luego recoré que odio cuando le poneis ropita...