El primer viaje fue de Odawara a Hakone-Yumoto, y allí directamente en la estación nos metimos en el tren hacia Gora. El camino hacia Gora es bastante bonito, desde el tren se puede ver mucha vegetación y algunas vistas desde gran altura.
Fue un poco inquietante al principio porque el tren avanzaba en una dirección, y pasado un tiempo se paraba y volvía sobre la dirección contraria. Cuando ya lo había hecho varias veces, fue cuando descubrimos que la vía estaba estructurada para que el tren bajase poco a poco con ese movimiento por la montaña. En Gora, nos dimos un pequeño paseo, ojeamos la entrada al parque Gora, y cogimos el "cable car" que subía de nuevo.
La siguiente parada fue Sounzan, desde donde directamente tomamos el primer teleférico a Owakudani.
Pudimos ver el enorme (108 metros) kanji de DAI, un símbolo japonés grabado en el Monte Myojogatake, el 16 de Agosto se le prende fuego y es posible verlo desde bastante lejos. Hay una festividad similar en el oeste de Kioto. Se puede apreciar en la siguiente captura en la parte de arriba a la derecha, junto al cable del teleférico.
También pudimos tomar un primer vistazo de Owakudani, una zona de actividad volcánica por una erupción del Mt Hakone hace miles de años. Destaca por los huevos negros y las pozas de azufre, que otorgan un inconfundible olor a "huevo relleno con mayonesa unido a pistola de mistos".
Desgraciadamente, para variar en los días de verano, nos fue imposible ver el Fujisan debido a la bruma. Ni desde el teleférico, ni desde el Lago Ashi, ni desde ningún sitio. Al menos nosotros ya lo vimos días antes en el tren de vuelta de Matsumoto...
Ya en Owakudani estuvimos visitando las instalaciones. Yo me tomé el que creía era el típico huevo negro de Hakone, y que después resultó ser no tan típico...pues el clásico es como un huevo duro y el mío se tomaba con cuchara (es el segundo indio que me engaña en Japón!!). De todas formas estaba bueno y no me sentó mal ni nada.
Los hacen sumergiendo el huevo en las aguas calientes del cráter para conseguir ese efecto tan tostado. El resultado: sabe igual que un huevo blanco normal...
Decidimos comer allí cerca, acompañados de aquel aroma tan agradable, y luego cogimos el siguiente teleférico hasta Togendai. En el trayecto pudimos conocer a una nueva pareja de españoles (somos una auténtica plaga!) y estuvimos hablando con dos japonesas de Aomori que literalmente alucinaban al ver tantos españoles campeones del mundo.
Ya en ese último viaje colgante, pudimos empezar a ver de lejos el lago Ashi: el lugar más representativo de Hakone.
Una vez abajo, está directamente el puerto del que parten los dos horribles barcos pirata camino a la otra zona del lago: a Moto-Hakone. Así que montamos en el único disponible y emprendimos la marcha. Como compañeros de barco tuvimos a una enorme excursión de niños realmente parasitaria, y a un extraño pirata que intentaba vender fotos.
Las vistas desde el barco son las más recomendables de toda esta visita. En días despejados desde aquí también puede verse el Mt Fuji, pero como no lo era pues nos tuvimos que conformar con las dos Toriis que hay en el camino (una de ellas parecida a la de Miyajima aunque mucho más pequeña).
Ya en MotoHakone pudimos ver la estación desde donde partían los autobuses para el camino de vuelta a Odawara o Hakone-yumoto, pero decidimos rodear el lago para acercarnos hasta la Torii y verla más de cerca. Por el camino nos topamos con el gato más vago de Hakone, que estaba ahí tirado junto al lago y lo único que hacía si se acercaba algún turista a tocarle era estirarse y seguir durmiendo.
La puerta no está demasiado lejos. En la zona que separa la parte de puerto con la parte de más árboles empieza un pequeño sendero junto al lago plagado de musgo, que se hace bastante agradable y conduce directamente al puente y a la torii.
La puerta tiene un pequeño camino de piedra desde el que puedes irte al fondo con los peces. Al otro lado, una enorme fila de escalones que conducen al museo del templo de Hakone, que no visitamos por estar ya bastante cansados...
Toda la zona que rodea a la torii es realmente bonita, la vegetación y el musgo invaden el camino, lo que unido al sol desapareciendo tras los árboles nos otorgaron imágenes que se clasifican muy alto entre todas las del viaje.
De ahí intentamos bajarnos en la parada de Hakone-Yumoto, pero no nos dimos cuenta y nos pasamos hasta Odawara. El viaje en autobús tardó una hora aproximadamente, y con unas carreteras que ponían a prueba los estómagos más duros. Ya en Odawara, unos pinchitos de pollo del Lawson, y de vuelta a Tokio. Mañana día de compras que nuestros amigos madrileños nos abandonan y se vuelven a España :(
3 comentarios:
Menos mal que no había tanta niebla como la otra vez!
Increible las fotos, la de la escalera con los arboles alrededor me recuerda al primer project zero. El gato es un crack xDDD, y tio tienes que ensayar las caras o algo para que no te timen los indios >.<
putos indios en serio, y hoy encima hemos visto en yokohama una fiesta de indios y me he acojonado tela...ya me iban a engañar para q me gastase la pasta
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