jueves, 8 de julio de 2010

Día 7: (07/07/2010) Tikitaka en Osaka

Cuando planeamos el viaje, nos dimos cuenta de que nos iba a coincidir con buena parte del mundial. "Vaya putada" pensé, aunque bueno, bastaría con ver los partidos de España hasta que se eliminase para dedicarnos 100% al viaje. Lo que no esperaba era que España iba a llegar a la final, y que ver los partidos aquí en bares de Japón con la camiseta de la selección iba a ser una experiencia tan gratificante. Ahora cuando pienso en que el mundial ha coincidido con el viaje, sólo puedo decir: "Vaya suerte!!".

Tras la paliza de Miyajima, ese día iba a ser bastante tranquilo. El plan era descansar y ver el partido, así que no salimos ni de Osaka. Fuimos a ver el castillo de Osaka, una reconstrucción del 1939, y toda la muralla exterior y el parque. La verdad es que no es de las mejores visitas que se pueden hacer aquí en Japón, el castillo es bonito y tal, pero puestos a ver arquitectura prefiero ver templos como el Daisho-in o el Kiyomizudera, y puestos a ver castillos pues hay otros mejores... Pero lo cierto es que si hay algún plan de pasar por Osaka, es de los monumentos más representativos de la ciudad.





A la vuelta en el apartamento, volvimos a quedar con Luis y Marcos, con los que también vimos el partido de España VS Paraguay en el Tokyo Sports Cafe, y juntos nos fuimos al bar Hub, un local con apariencia de pub irlandés cercano a la estación de Namba. Toda esa zona de Osaka era muy distinta a lo que pudimos ver hasta ahora: la estación estaba llena de gente bailando frente a unos espejos, las calles eran mucho más pequeñas y luminosas que de constumbre, con zonas cubiertas por techo, y en general se respira un ambiente más cutre que en Tokio por ejemplo.


Ya en el bar, el ambiente era bastante más tranquilo que en Tokio, o al menos hasta que empezamos a liarla...., había un grupo de alemanas a las que Puyol amargó la noche, y un montón de japoneses junto a nosotros a los que fuimos contagiando con los cánticos españoles.


Aquello era una auténtica fiesta, los japoneses nos hacían fotos, videos y se venían a saludarnos. Y cuando Puyol atravesó con su salto a la férrea defensa alemana, cundió la euforia y nos pusimos a abrazarnos, saltar y cantar entre nosotros y con los japoneses, que venían desde la otra punta del bar para abrazarse y saltar con nosotros. Es curioso porque nosotros recordaremos este día como el día en el que España llegó a una final de mundial, pero ellos seguramente lo recuerden como el día en el que se pusieron a cantar y a gritar con un grupo de españoles ruidosos, algo a lo que no deben estar muy aconstumbrados claro.



Ahora sólo queda Holanda, la "naranja mecánica". Por cierto, justo al terminar el partido me bebí un zumo de naranja, espero que sea un presagio de la final.

1 comentarios:

Unknown dijo...

Que wapo, a nosotros nos paso algo similar con unos guiris que iban con españa que estaban delante nuestra, que estaban to emocionados y venga a cantar como nosotros y ya no os digo nada cuando marco puyol, que lote de cantar, reir, aplaudir y tal nos pegamos las dos horas de partido y luego cantando y gritando por la calle en el cruce de plaza de armas, increible :) ahora a por holanda !!!

Por cierto leisteis lo que os puse en feisbu de las inundaciones en tokio ayer y el dia anterior?