miércoles, 7 de julio de 2010

Día 6: (06/07/2010) Itsukushima (ó Miyajima)

Antes de nada dejar claro que ésta es quizá la visita que más recomiendo a todo turista que visite Japón. No he visto lugar más bonito para visitar en las dos veces que he estado aquí, y puedo asegurar que tampoco veré nada más bonito en lo que me queda de éste. Miyajima, no sólo el templo principal sino toda la isla, es increíble. Un paraíso lleno de naturaleza, montañas asesinas con impresionantes vistas, hermosos templos budistas/sintoístas, rutas de senderismo, un paseo muy bonito en teleférico y algunas cosas más. Es como si se tratase de un parque de atracciones con su parte de ciudad (llena de casitas antiguas y cutres), su parte de templos, su montaña sagrada, etc. De hecho hay alquiler de bicicletas para ver toda la isla libremente sin cansarse demasiado, aunque no es del todo recomendable para escalar montañas.

Nos levantamos temprano, sobre las 7.30 con la intención de coger el Shinkansen que nos dejaría en Miyajima justo para ver la puerta Torii con la marea baja y poder acercanos andando. Finalmente, por algún retraso perdimos ese tren y tuvimos que montarnos en el de una hora más tarde. El viaje en Shinkansen como siempre muy cómodo, salimos de ShinOsaka y en hora y media llegamos a la estación de Hiroshima, desde allí la JR Sanyo line hasta la parada de Miyajimaguchi. En ese tren nos encontramos con el Dr Haidar, un iraquí que estaba en japón haciendo una serie de investigaciones con la universidad, y había usado su día libre para hacer el mismo viaje que nosotros. El tipo era bastante simpático, y hablando inglés con nosotros en todo el trayecto (yo me limitaba a escuchar principalmente ).



Una vez en la estación de Miyajimaguchi, los 3 nos fuimos hacia el ferry que lleva a Miyajima. Y por cierto, con los JR Pass todo el trayecto nos salió "gratis". En los 10 minutos de trayecto de ferry, poco a poco empieza a verse a lo lejos todo lo que es la isla de Miyajima, con la puerta Torii, el Templo Itsukushima, el Mt Misen, etc.
 Una vez llegó el ferry, perdimos de vista al Dr Haidar y empezamos a ver aquello, las callejuelas de la zona del puerto con el templo a lo lejos.


Estamos teniendo bastante suerte con el clima, y en todo el día allí no hubo nada de lluvia, de hecho hacía bastante sol cuando llegamos, y todas las sombras estaban ocupadas por ciervos. Tras un caminito llegamos a la puerta Torii, el monumento más representativo de Miyajima. La marea no estaba todo lo baja que nos hubiera gustado, así que no pudimos caminar hasta ella, pero si acercanos bastante y hacernos las fotos de rigor. Junto a la puerta hacia dentro en la playa, está el templo Itsukushima, junto a una pagoda de 5 pisos. El templo tiene parte en el agua, sosteniéndose sobre unos pilares de madera que quedan cubiertos hasta la mitad con la marea alta, y aunque es necesario pagar para poder entrar (500yen si no recuerdo mal, aunque el ticket vale para todo el día, pudiendo volver con el cambio de marea), merece la pena entrar no sólo por el templo en sí como por las vistas que ofrece de la puerta Torii.




Toda la zona del templo y la puerta está rodeada de casitas, de puestos de comida y de tiendas de recuerdos. Estuvimos mirando el mapa que amablemente nos ofreció el tipo del ferry y decidimos ir a visitar el Monte Misen en teleférico, y desde allí bajar la montaña por el otro lado de la isla para ver el templo Daisho-in. El mapita es un engaño, no hay palabra que represente mejor la realidad...todo parece tan cerca y fácil en el mapita que nos estuvimos acordando de él en las siguientes 3 o 4 horas.


Decidimos ir hasta el teleférico para subir la montaña, y en el camino fuimos viendo más calles y más riachuelos de lo que es la parte del pueblo. Toda la parte de las casitas y el puerto, así como la del templo, está rodeada de riachuelos con agua procedente de la montaña, un lugar que los ciervos no desaprovechan por cierto. 


Tras andar un rato y subir alguna que otra cuesta más, nos topamos con el parque de Momijidani. Toda la isla es como un parque, pero ésta zona es la más cuidada con diferencia. Está llena de bancos para echarse una siesta, de lugares de descanso, tiene varios riachuelos y había varias personas dibujando el paisaje cuando pasamos.

Toda esa zona sigue siendo subida de lo que es la falda del monte Misen, así que tras otra caminata más de cuestas, conseguimos llegar al fin al teleférico.

El paseo hasta arriba cuesta 1000yen, pero la verdad es que merece mucho la pena. Es una subida bastante grande, y aquello se balanceaba y crujía de forma sospechosa, pero las vistas de las islas adyacentes a Miyajima es excelente. Es ahí donde pudimos ver realmente que la zona construida es una ínfima parte del total de la isla, pues había árboles y más árboles hasta el mar.


Una vez llegamos arriba, a una altura considerable, nos dimos cuenta que nos quedaba otra estación más de subida de teleférico... y en esa subida es donde se podían ver el resto de islas de la zona: Nasamijima, Kokurokamijima, Nomijima, etc...


Una vez arriba, y tras echar un vistazo a las impresionantes vistas, nos dispusimos a recorrer el centrímetro de mapa que había del teleférico al Misen Hondo, y al mirador que había "al lado". Tras 10 minutos subiendo montaña con escalones de dudosa calidad, sin barandillas para apoyarse, y con ancianas reptilianas adelantándonos, empezamos a pensar que quizás, y sólo quizás, aquella ilustración de mapa pintado a mano no estaba a escala precisamente. Tras una hora de irregular y horrible escalada, llegamos al fin al Misen Hondo. Aquello más bien parecía un lugar de descanso para los viajeros, y las vistas cada vez eran mas impresionantes (aunque con las nubes, cada vez se veía menos el horizonte), nos dispusimos a apreciar las vistas del mirador cuando vimos un cartel con: "Observatory --> 300m" y una empinada "escalera" al lado.



Subiendo al mirador pudimos ver, escondidos en recónditos lugares entre las rocas, algunos templetes con pequeñas estatuas y montículos de piedra. En el mirador había una estructura de varios pisos, en el que el piso bajo era una especie de tenderete con refrescos (que acababa de cerrar..mala suerte), y cuyos segundo y tercer piso ofrecían vistas de toda la isla desde lo alto del Mt Misen. Es una pena que no estuviese del todo despejado porque apenas pudimos ver bien lo que es Hiroshima y las islas, pero el clima y la altura es lo que tienen.

Desde allí, afortunadamente, todo bajada. Con cuidado de no dar algún tropezón, estuvimos bajando durante otra hora, pasando por caminos completamente cubiertos por los árboles, y dejando detrás nuestra multitud de pequeños templos dedicados a deidades en la montaña. Tras casi una hora de bajada, nos topamos con Lola y Alba, dos chicas de Madrid muy simpáticas a las que recomendamos no escalar aquello a la hora que era. Desde ahí y más abajo pudimos tomar buenas vistas de la zona "urbana" de Miyajima, ya sin nubes tapando, y tiempo después llegamos al Daishon-in.



Éste templo es de las construcciones más bonitas de la isla. Tiene una enorme escalera principal que sube hasta la zona donde están los principales edificios, y otra pequeña escalera adyacente rodeada de plantas y con infinidad de pequeñas estatuas budistas saludando a los viajeros. Todo el templo se asoma a un ríachuelo que baja desde la montaña, y que en todo el camino nos estuvo diciendo "yo tengo agua y vosotros no!!". En la parte superior, 4 o 5 construcciones y multitud de fuentes y pequeñas estatuas, todo muy bien cuidado por los monjes de la zona, que tratan los templos y a la isla con una dedicación asombrosa.




Por fortuna para nuestra integridad, el Daishon-in ya estaba prácticamente en el final de la montaña, así que los cuatro volvimos a la zona costera para volver a apreciar el templo Itsukushima y la puerta Torii con la marea alta y al atardecer: creedme, si con la marea baja ya era increíble, ahora lo era aún más... una imagen difícil de igualar.



Ya con la tarde echándose encima, fuimos a comer a un restaurante junto al mar, y fuimos a por el ferry de vuelta. En el puerto al esperar nos encontramos con un grupo de mejicanos con el que estuvimos hablando más tarde en el tren a Hiroshima, y no vimos rastros del Dr Haidar... ¿se habría ido ya?¿seguiría en la isla?¿en qué consistían sus investigaciones?. De vuelta en Miyajimaguchi, nos despedimos de las chicas (que a ver si leen esto y a las que esperamos ver a nuestra vuelta a Tokio), y nos fuimos camino de Hiroshima para intentar ver el Dome y el parque de la paz.


Desgraciadamente se nos hizo demasiado tarde, y para cuando llegamos a la parte principal de Hiroshima ya era de noche y estaba bastante oscuro. Estuvimos buscando la zona del parque pero no fue posible..., había que pillar el Shinkansen de vuelta a Osaka. Aún así, pudimos pasear por allí, una ciudad bastante agradable, y vimos a lo lejos el castillo de Hiroshima. Llegamos a Osaka a las 12 de la noche, tomando los últimos metros que atravesaban la ciudad, y llegamos al apartamento bastante cansados pero con un recuerdo imborrable en la memoria. Hasta pronto, Miyajima.



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